Curiosidades en la reflexión comunicacional.

Alicia y Humpty Dumpty en la pared Alicia a Través del Espejo Ilustración por Sir John Tenniel 1820 a 1914.


En la última edición de “El Chasqui” (abril-julio 2022), Revista Latinoamericana de Comunicación editada por CIESPAL (El Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para América Latina), presenta un número aniversario de sus 50 años de existencia. Lo curioso del número aniversario es que la línea de esta edición pone foco en la heterogeneidad del pensamiento comunicacional en Latinoamérica y el Caribe, haciendo énfasis en el área de los estudios críticos de comunicación. Curioso, porque en sus inicios incorporada dentro de los proyectos de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), promovían la integración cultural del continente bajo los cánones de consumo y comunicación del funcionalismo norteamericano. Claramente esto fue expuesto en la primera etapa de otro ícono de la investigación en comunicación en Latinoamérica como fue/es “Comunicación y cultura. La comunicación masiva en el proceso político latinoamericano” la cual fue elaborada por uno de los grupos de intelectuales más importantes a nivel de las investigaciones en comunicación en América Latina: Héctor Schmucler (argentino), Armand Mattelart (belga-residiendo en Chile) y Hugo Assman (brasileño). Esta revista de análisis y crítica se inicia en Chile, en el año 1973, inmerso en el proceso final del gobierno de Allende y continúa hasta 1985 desde México. En sus 14 ediciones que componen el total de las publicaciones tiene un breve paso por Argentina en el año 1974, donde se imprime desde Buenos Aires después del golpe y la caída del gobierno de Allende en septiembre de 1973 (ver el trabajo de LENARDUZZI, Victor: “Revista “Comunicación y Cultura”. Itinenarios ideas y pasiones. Ed. Eudeba, Buenos Aires 1998).

Como colofón de estos cambios, CIESPAL incorpora en el repertorio de sus proyectos la creación de la cátedra Armand Mattelart sobre estudios críticos de comunicación en el año 2016, y con esto deja un hito más para el pensamiento de la comunicación en nuestro continente. Esta cátedra cuenta con una versión digital en línea que se puede realizar en este enlace: https://ciespal.org/catedra-mattelart-material-multimedia/.

Estos cambios se dan en un marco institucional que difiere de los momentos más entusiastas de las carreras de comunicación entre mediados y finales de la década de 1980 y durante todos los años 90, fervor disperso por todo el continente. En el marco de la postguerra fría y la integración mercantil del mundo impulsada por la globalización, nuestros países recomenzaban los caminos democráticos no con poca dificultad. La formación de comunicadores y comunicadoras intentarían responder a las nuevas demandas de un mundo con mayor presencia tecnológica en las telecomunicaciones; también ampliando el espectro de la comunicación a los sectores desplazados de la economía y la cultura; legitimando otros, formalizando espacios en la educación, y fundamentalmente fortaleciendo a las democracias del continente. A comienzos del siglo XXI, la crítica a la globalización deja paso a la constitución de diversas versiones de gobiernos no alineados al proyecto de integración que los EEUU impulsaba conocido como ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas). Muchos críticos, una gran mayoría aglutinados en los diferentes Foros realizados en distintas ciudades de Brasil, veían en el ALCA la actualización de los tratados de Breton-Woods. En el II Foro Social de Porto Alegre, enero del 2002, en medio de un grupo diverso de periodistas e intelectuales, profesionales y ciudadanos de diversos países de América Latina, Europa y Estados Unidos; Ignacio Ramonet periodista y director del periódico Le Monde Diplomàtique y por entonces presidente honorario de la organización internacional ATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana), propone la creación de observatorios de medios con el objetivo de colaborar con el análisis de la información brindada por los canales de información globalizados, y la de sus periodistas. Diferentes intentos pulularon en las instituciones de educación superior de Latinoamérica durante toda la primera década del nuevo siglo, hasta perder entusiasmo. La expansión de Internet, la masificación de las redes sociales, la popularización de los smartphones, entre otros factores sociales; generaron fenómenos nuevos y profundizaron otros. Reordenaron las prioridades de reflexión, también. Nuevos grupos de agentes entraron al ecosistema comunicacional tan intrépidamente que el pensamiento y la reflexión apenas alcanza a identificarlos en nuevas categorías.

Estas características del pensamiento comunicacional no señalan un déficit, son propios de la organización del mismo en la academia universitaria y de estudios superiores. Pertenecer al campo científico, un “deseo ochentero” de quienes componían las carreras de comunicación en ese tiempo, también nos acopló a la persecución de modas intelectuales, las cuales, si bien enriquecen las miradas sobre los fenómenos comunicacionales, también promueven el abandono o relegamiento de temas y áreas que requieren un interés constante y sostenido. Posiblemente el cumplimiento de ese deseo por todos, todas, los/las que ingresamos al pensamiento comunicacional a fines del siglo pasado, puso en suspenso el interés contemporáneo por la reflexión comunicacional. Con todo esto, la formación e institucionalización de los estudios en, de y sobre comunicación son altamente positivos.

Dueño de un lenguaje visual poético,
el ilustrador italiano Marco Melgrati nos
muestra algunos aspectos problemáticos
de la sociedad actual que permiten reflexionar
sobre la vida moderna.

Desde donde se escriben estas líneas, Mendoza una de las provincias de Cuyo, en Argentina, pegada al cordón montañoso de Los Andes, el entusiasmo sobre los estudios de comunicación prosperó al igual que en otros lados del continente en la década del 90. En la actualidad la oferta es más reducida, y la financiación pública de las carreras de comunicación empieza a cerrar espacios. El caso del lugar dónde trabajo (IES 9-015, Valle de Uco) es ejemplo de esto. Una carrera terciaria iniciada en la formación para periodistas, luego transformada en tecnicatura de comunicación, en la actualidad tiene cerrada las inscripciones a nuevos/as ingresantes, con el muy posible cierre definitivo de la misma. Complementariamente a esto la burocracia institucional propone mantener o transformar las carreras de comunicación (y otras) bajo la recurrente condición de “adaptarse a los tiempos actuales”, todo sostenido por una retórica pública solicitando a la vez, la “obviedad” del cobro de aranceles a los y las estudiantes. Este acople entre lucro junto al pensamiento crítico, también documenta los momentos curiosos de la actualidad del campo institucional de la comunicación. Las nociones y propuestas elaboradas por los/las pioneros/as de los trabajos críticos en los estudios sobre educomunicación, inicialmente pretendían ampliar el alcance del conocimiento a los sectores alejados de los centros urbanos, a los marginales, a la ruralidad y diferencias culturales; en la actualidad están presente en proyectos de educación a distancia con un costo bastante alto a cargo de quienes quieran o necesiten una certificación o para quienes tengan el deseo de poder pensar las realidades que conforman la comunicación social.

 La UNCuyo aloja una de las carreras de estudios de comunicación más importantes de esta provincia, dos dentro del ejercicio comunicacional, considerando una tecnicatura en producción audiovisual. Si bien en el escenario nacional esta institución pasa algo desapercibida para el monotemático centro porteño de la capital nacional, en la vida intelectual es mucho más significativa. Esta institución alojó y formó diferentes referentes en las distintas áreas del pensamiento, al menos dos dentro de la filosofía latinoamericana de mayor relevancia como es Enrique Dussel y Arturo Roig, como también la leve presencia como profesor de un joven Julio Cortázar. Estos son los que mejor conozco y seguramente hay otros de los que no puedo hacer justicia en estas líneas. La UNCuyo junto con su hermana en San Juan supo acoplarse en parte a un corredor de ideas que transitó los principales centros culturales del pacífico sur, en Chile y Perú. En esta institución también se percibe un cambio de ambiente que parece traer novedades curiosas. Los cambios que se perciben surgen desde la administración de la misma, alrededor de las recientes elecciones de nuevas autoridades universitarias. El proceso estuvo marcado por una fuerte división, y la resolución de sus organismos internos parece haber resuelto solo en parte las diferencias. Todo esto considerando que la actual conducción se propone un modelo nuevo de estudios superiores, el acortamiento de las carreras para una rápida salida laboral. No pocos vemos en estas propuestas los programas de reforma que movilizaron la resistencia estudiantil en los años 90 que impidieron la incorporación de cuotas para acceder a los estudios, pero sin embargo fracasó en la problematización entre la formación y un campo laboral que es estrecho en todas las áreas de la producción.  

Colectivo de educadores en Comunicación
constituido en Mendoza a comienzos de la
primera década del s. XXI 

Este artículo es el primero de lo que intenta ser un espacio que tiene variopintas intenciones. En principio la memoria del proceso de cómo nos iniciamos en la enseñanza y la reflexión sobre comunicación algunos/as de mis colegas entre los que me encuentro, obviamente. El título del blog sugiere referencias múltiples (en otro momento quizás pueda ser explicado con mejor detalle), las cuáles admiten la posibilidad de incorporar clases, temas, trabajos, ideas y reflexiones que no sigan la expuesta primera intención, sino continuar y mostrar la amplitud de la reflexión comunicacional desde nuestro lugar sin apelar exclusivamente al provincialismo limitante, como lo sugería Arturo Roig. También es un intento de provocar la movilidad de voluntades de otros/as de participar del mismo, sacándome de encima la carga de ser el único responsable de lo que aquí se publique. Finalmente es más que claro el carácter experimental de tal proyecto, lo que incluye la falla, el desacierto y el error, como parte constitutiva del éxito en algunas de las cosas que puedan suceder en este espacio. Sobre todo, tomando en cuenta las muchas formas de resistencia a la adaptación temprana que tuve/tengo en el uso de cuanto gadget este rondando por las tiendas reales y virtuales en cuanto a las tecnologías de comunicación e información. Aún así, las realidades contemporáneas nos obligan a participar de este mundo, como forma de ser humanos/as en el presente, substrayendo la idea de Hanna Arendt, nuestra contemporánea “condición humana”.  

 

                                                                                                Andrés Collado             Julio 2022

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