Durante el año 2007 como Colectivo de Comunicadores Culturales y Populares participamos de la organización de las Xl Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación, que llevaron como título: "Tramas de la comunicación en América Latina contemporánea. Tensiones sociales, políticas y económicas". El documento que sigue a continuación fueron las ideas y los debates que la comisión local tuvimos en ese entonces. A comienzos de la primera década del s. XXI, las carreras de comunicación encontraron el reconocimiento universitario y científico por el cual veían bregando desde la década de los ´80 del siglo anterior. En un marco de legitimidad,  los estudios de Comunicación comenzaban a plantearse nuevas problemáticas. 


Carta de intención a tod@s aquell@s que les y nos interesa la comunicación social.

 

Mapa realizado por Joaquín
Torres García, entre los años 1936-1943

            ¿Por qué reunirnos? La pregunta puede despertar algunas dudas sobre si es necesario las reuniones o si el espacio de la red es un espacio válido. No es nuestra intención. La Red de Investigadores en Comunicación este año superará la década de encuentros y la consolidación de la misma es un hecho. En las distintas jornadas anuales, en las distintas mesas, hemos mostrado con nuestros trabajos qué estamos investigando. Qué es lo que nos interesa y nos motiva a escribir algunas líneas, sobre esto y lo otro en relación a la comunicación. En algunas charlas o en los mismos debates surgió como inquietud otro interrogante que nos parece cercano al anterior: para qué investigar. ¿Qué es lo que queremos hacer cuando presentamos un resumen o un extracto de un trabajo más amplio? ¿Es eso? ¿Investigamos para presentar al final de un proceso, o una serie de acontecimientos perfectamente definidos, un trabajo impreso en papel? Un pensamiento algo más agudo –incluso- podría suponer si en realidad investigamos o hacemos de cuenta que lo hacemos.


Cuando al principio de este párrafo nos preguntamos, nosotros mismos, por qué reunirnos teníamos en mente la presencia de un problema. Al parecer este se manifiesta en tod@s l@s que de alguna manera nos involucramos con la investigación. Nuestra intención es que en este próximo encuentro intentemos respondernos, o quizás cuestionarnos, para qué es que investigamos en comunicación social. Pero no quisiéramos dejar este interrogante en una especie de deriva, a los caprichos de un vaivén mareador. Ensayar algunas respuestas de para qué investigamos contiene otro interrogante que apunta a darle un cuerpo a estas cosas: ¿para quién investigamos? ¿Investigamos para las instituciones científicas-educativas, investigamos para cumplir con una intransigente lista de obligaciones burocráticas? ¿Para el mercado editorial? ¿Para quien investigar? ¿Para el mercado laboral definido, exigido y creado por las megas corporaciones mundiales? ¿Investigamos para nosotros o para otros?                

Trabajo sobre mapas de Joaquín
Torres García en una escuela
de Brasil
        A nadie escapa que en el tiempo que transcurrieron estas diez jornadas de reuniones, algo más de una década para la red, el escenario en el cual nos movemos ha cambiado. El dilema de la comunicación social pareciera tener hoy menos que ver con su identidad disciplinar y el mercado, que con la urgencia de problematizar o describir las redes de comunicación en la actual composición mundial. Esto no quiere decir que los esfuerzos por descifrar qué es la comunicación social, eso que nosotros denominamos como objeto de estudio, tenga una relevancia menor o incluso que se ha superado las instancias de delimitación o descripción epistemológica de la disciplina. Pero pasado los años ´90, después del boom de las carreras de comunicación, después del Estado neoliberal y de la crisis social, política y económica, parece más importante agotar esfuerzos en la entidad de los temas a tratar que la identidad de una disciplina. La composición de los actuales multimedios de información y telecomunicaciones, la reducción analítica y comprensiva de las culturas a los productos que circulan por estas redes (el embellecimiento de la pobreza), el actual estado de la educación y desarrollo de expresiones alternativas remiten nuestra atención a “capturar” estos problemas, describirlos o asirlos, quizás no para resolverlos sino simplemente para mostrarlos. Por lo demás la oposición entre identidad disciplinar y temas de interés de esta, posiblemente no sea necesario. Tal vez podamos amalgamarlos en uno sólo, quizás lleguemos a las respuesta del status epistemológico de la disciplina, la identidad de la comunicación social, por medio de la exploración de estos problemas. En medio de los imperativos publicitarios (compre ya, viaje, coma…) la idea –vieja- de llegar a una respuesta por medio de una pregunta puede ser interesante, por ir contracorriente. 

Comisión organizadora Red Nacional de
Investigadores
en Comunicación 2007
Escenarios e identidades no son términos abstractos, no son un recurso literario para papeluchos de rigurosidad teórica. O por lo menos, en honor al ejercicio de investigar, no deberíamos dejar que sólo se queden en ese plano. Escenarios e identidades son algunos parámetros que ayudan a definir un territorio en relación a sus complejidades y problemas, colaboran  a hacer abarcable lo inabarcable. Como sabemos, en la actualidad, nuestro continente vive un proceso político nuevo. Este proceso político redefine la posición latinoamericana frente al mundo, pero en este ejercicio también intenta encontrarse con la identidad latinoamericana: qué o quiénes somos los latinoamericanos, y qué o quiénes estamos siendo. No necesitamos ser grandes intelectuales para descifrar que en estos cambios la comunicación social cumple un rol preponderante pero también histórico. No nos olvidemos que uno de los primeros textos sobre comunicación en nuestro territorio son los escritos de Simón Rodríguez, el viejo maestro del otro Simón: Bolívar.

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