La desmaterialización de la obra (en el arte)

Inti Pujol Cartel, 2017
El conceptualismo, como corriente artística, lleva al límite la idea de que una obra de arte se sostiene precisamente en eso, una idea. Me parece que podríamos prescindir de escribir algo más y conformarnos con lo dicho en la primera línea, haciendo justicia a la aparente simplicidad de una obra de este tipo. Pero para no pasar como perezoso, o si se quiere comprender un poco más, sumemos a lo anterior que una obra conceptualista utiliza como parte de su composición la expresión lingüística de una idea… Es decir, puede contener un objeto, pero lo “significativo” está sostenido en la exposición elocuente de una palabra o una frase.

Uno de los padres fundadores de esta corriente es el artista norteamericano Joseph Kosuth (n. 1945), quien desde muy joven trabajó en esta línea creando una de las obras icónicas: Una y tres sillas (1965). La obra consiste de tres elementos, la exposición de una silla real, de una fotografía de la misma silla a escala real (al costado derecho), y la definición escrita en un cartel de silla (sobre el lado izquierdo). https://www.museoreinasofia.es/coleccion/obra/one-and-three-chairs-tres-sillas  

Tomando en cuenta al conceptualismo como una de las líneas artísticas contemporáneas parecería definitivamente que las nociones provenientes desde el arte no podrían decir nada nuevo sobre nosotros mismos en este presente. No en vano, muchos críticos e incluso artistas reconocidos suponen un final del arte desde hace unas décadas ya. Ahora bien, la sencillez de la presentación conceptual es engañosa porque a la simplificación en la elaboración de un objeto particular propone concentrarse en un conjunto de ideas, o peor, en una sola idea. Por ejemplo, Kosuth toma algunos planteos sobre el lenguaje y la filosofía del siglo XX para reflexionar sobre la realidad. Como parte de su propuesta estética debemos incluir la publicación de un libro (Arte después filosofía, 1969) explicando justamente la idea de su obra. En todo caso lo que descarta el conceptualismo es la discusión sobre la apariencia de la obra o sobre la técnica, para concentrarse intensamente en la idea. Con esto, paradójicamente, vuelve al arte el problema del conocimiento del mundo o siendo un poco más específico de cómo comunicamos el mundo.


Una y tres sillas (1965, Museo Nacional de Arte Moderno, Centro Georges Pompidou, París),  fotografía de una silla plegable a tamaño real, y la propia silla junto a la definición del término silla sacada de un diccionario.

En nuestro terruño (Mendoza, Argentina) este tipo de expresiones no suelen transitar los espacios de exposición, digo no suelen y no que no sucedan. Inti Pujol (n. 1978) es una reconocida artista (docente también) mendocina que trabaja sobre una multiplicidad de expresiones artísticas; modernas como el dibujo o la pintura al óleo; pero fundamentalmente experimenta con variantes del arte contemporáneo como la realización de videoarte, ediciones de audio,  y quizás sea una de las pocas que trabaja con el conceptualismo. Tiene una amplia trayectoria como realizadora de performance, y expuso en diferentes partes de Latinoamérica y Argentina. Los trabajos de Inti pueden verse en internet googleando su nombre.

Precisamente de la búsqueda digital reconstruimos parte del estudio y de su investigación para conocer esta propuesta estética, y claro está, acceder a la idea de sus obras. Deberíamos aclarar que para la misma artista sus obras no son objetos concluidos o terminados, hablando de las expresiones contemporáneas. La obra planteada en sí misma no es una unicidad la cual concentra el solo aspecto de elaboración de la artista como podría ser un cuadro, donde incluido el marco y colgado en una pared, está terminado (esté o no el espectador). La obra contemporánea de Inti Pujol está “abierta” al encuentro de un público el cual debe “completarla” con las posibles interpretaciones, reacciones e incluso desinterés devenidas de la propuesta inicial. Por eso comienza con una redefinición sobre la obra de arte sintetizada en una frase; en sus mismas palabras: “todo arte es experimental y en proceso”. Ahora bien, dicho lo anterior, lo de experimental proviene justamente de la impredecibilidad de las reacciones del público. La obra, en su despliegue, dependerá de cómo las personas reaccionen a la propuesta. La analogía proviene de los experimentos científicos donde el resultado final no puede predecirse hasta sucedida las reacciones. Sin embargo aclaremos que en el arte experimental no depende de los ensayos realizados por los artistas en un laboratorio aislado, sino de proponer “algo”, un estímulo cualquiera, en un ámbito público y esperar la reacción de las personas.


Esto no es una pipa. Rene Magritte 1929.
Serie: La tarición de las imágenes

La Resistencia
El discreto encanto de la Selfie

En alguna de las páginas sobre su trabajo encontramos estas notas transcritas aquí sobre la idea que intenta exponer en sus obras contemporáneas:

“Mis líneas de investigación son varias siempre responden al resultado de investigaciones anteriores siempre termino pensando en work in progress. Con respecto a mi trabajo en performance en general tiene que ver con el lugar
social de los sujetos por acción u omisión, siempre es operario en la realidad. También tiene que ver con el sujeto y las instituciones en este caso me interesa el análisis de Michael Foucault en el texto el examen ‘…en todos los dispositivos de disciplina el examen se halla altamente ritualizado. Manifiesta el sometimiento de aquellos que están sometidos…’ Mis acciones son simples reflexiones sobre la realidad del hombre como sujeto social. http://www.vivodito.org.ar/node/230 (en versión beta)”.

En estas líneas reconocemos la crítica al desarrollo del capitalismo moderno y contemporáneo, idea que expresa el trabajo artístico de Inti. Pero esto sucede a un nivel general, más específicamente trata la relación entre el cuerpo social y la resistencia de este ante al avance del capitalismo en todas sus instancias de manifestación social, en el mercado, en la vida doméstica, en los espacios públicos, en el sistema de seguridad, salud y el educativo, entre otros. En lo personal pienso que estas ideas tienen un acercamiento a un conjunto de expresiones del pensamiento conocidas, pero pocas veces reconocidas, y en general son criticadas por ser demasiadas intelectualistas o culturológicas, por todo el espectro ideológico diría. Las ideas referidas las asocio a lo que algunos llaman marxismo occidental, o también más recientemente como teoría social, no hace falta decir más sobre este tema.

Si en cambio podemos avanzar un poco más en lo artístico, por si algún lector o lectora le interesa navegar por estos mares, dos referencias afiliadas al mismo conjunto de ideas. El primero recordado en estas notas es un artista chileno, Alfredo Jaar (n. 1956) quien tiene como centro de su estudio al intelectual Antonio Gramsci. El otro vinculado al cine, pero a la vez artista experimental en varios campos, Pier Paolo Pasolini (n. 1922-1975) también desde el marxismo gramsciano trabajó sobre muchas propuestas provocadoras entrados los años 60. La misma Inti toma como antecedente propio a Juan Carlos Romero (n1930-2017). Las citas son caprichosas y no intentan armar algún repertorio específico, googleando estos nombres el interés rizomático de los y las curiosas van a poder llegar y conocer otros nombres y propuestas.

Volviendo a la propuesta de nuestra representante el estudio sobre el conjunto de ideas antecedente tienen el objetivo de abordar diferentes temas; feminismo, conflictos armados en las frontera entre grupos de guerrillas, paramilitares y ejército, ecología, inmigración y racismo, entre otros expuestos en la agenda pública internacional de los medios.

De los temas trabajados por Inti me mueve particularmente, por deficiencia de oficio quizás, la relación de los medios de comunicación con la realidad. En una de sus performance cita al intelectual esloveno (estuvo de moda hace unos años en la academia universitaria) Slavoj Zizek 

«…si le quitas a la realidad las funciones simbólicas que la regulan pierdes la realidad misma….Cuando nuestro lugar dentro del orden simbólico se conmueve, la realidad se desintegra….» slavoj zizek de la obra performance “cortate, cortate el pelo” (2011) http://www.boladenieve.org.ar/artista/5395/pujol-inti

Acá deberíamos aclarar lo complicado de referenciarse en este tipo de obras porque debido a ser experimentales y de carácter abierta los registros de las mismas suelen ser pequeñas filmaciones, y muchas veces no se las pueden encontrar. Sin embargo como decíamos al principio las ideas pueden reconstruirse en los aspectos lingüísticos y la cita a Zizek que presentó la performance nos ayuda al menos a acercarnos al tema. No ahondaremos mucho en esta obra sino como prólogo de otra propuesta. Basta decir entonces que la idea movilizada en este trabajo describe a la realidad conteniendo aspectos simbólicos que dan un equilibrio aparente a lo que percibimos como tal, fuera de este orden simbólico, toda la realidad se ve conmocionada. En resumidas cuentas con tan sólo la realidad no alcanza…

El infierno son los otros. Tatoo.
Martín Oviedo 2020
En el año 2017 Inti Pujol presenta una propuesta conceptual con el título de “Cartel”. Sobre una tela imprimió la siguiente frase “El discreto encanto de llamarle posverdad a la mentira”. No me gustaría dejar pasar la alusión al film de Luis Buñuel “El discreto encanto de la burguesía” (1972), del cual podemos desprender nuevamente las referencias a las ideas de la crítica que anteriormente mencionamos. El mismo film expone la satisfacción burguesa, la entera afirmación del bienestar, logro y disfrute de sí mismos simbolizados en una serie de comidas frustradas. La cinta de Buñuel entonces será el fondo simbólico de la propuesta de la mendocina, que a su vez invita a pensar sobre la noción de “posverdad”, tema este de absoluta contemporaneidad.

El término remite a la exposición de un tipo particular de argumento en el cual los hechos son relativizados, y en su lugar toman mayor relevancia las emociones y/o las creencias, movilizadas por los deseos del público (y agregamos de las audiencias, el electorado y/o de otros agrupamientos). El recorrido de este término es tan exitoso que pertenece con derecho propio al universo lingüístico de la lengua castellana, y -su equivalente en inglés (post-truth)- pertenece al diccionario Oxford.

La nueva expresión señala la presencia de un fenómeno generalizado que compromete las nuevas formas de la opinión pública y la política. Los hechos, independientemente de la manera como estén construidos, dejan de ser el punto central del discurso, y la relevancia en la exposición pasa por la valoración de la opinión de los usuarios. El dato, la información, todo lo relativo a la comunicación de sucesos o eventos está ensombrecido, eclipsado frente a la opinión personal. Esta última desplaza a los hechos de la centralidad del texto político. Eso que denominamos “verdad”, sea como acuerdo colectivo o como ideas de un sector dominante, la de un líder o de un grupo; o la organización racional de un conjunto de enunciados, se mueve en el presente en un vector diferente; el de las emociones.

Buena parte de la sociedad contemporánea valora más el sentimiento que despiertan algunos argumentos, independientemente de que estos sean sostenidos en datos, documentos o reflexiones con probada fidelidad o en un extendido o calificado acuerdo. En esta valoración, la verdad, en la actual forma de la sociedad, ocupa un lugar secundario, complementario; mas no desaparece, sólo deja de ser la piedra clave, o punto de referencia del discurso social.

Movilizado por las formas de participación del público en las redes sociales y las páginas de información; el fenómeno del término posverdad expone la identidad narcisista del nuevo-nuevo público, como supo referir Theodro Adorno, en un ensayo sobre la cultura contemporánea. Una subjetividad individual, encerrada en sí misma (un “para sí” deshistorizado, desproblematizado, inmediatizado), una subjetividad autoreferenciada, satisfecha en sí misma, exportada desde las múltiples formas de la exposición mediática pública-privada de las “celebrities”,  forma contemporánea de las/los star systems.

La desmaterialización de la obra de arte en el conceptualismo corre a la par de las deconstrucciones de viejas certezas que organizaron la existencia de las personas desde siglos, patriarcado, colonialismo, nacionalismo, construccionismo, y otros. Son épocas, de “des” y “post”, y corresponde al arte y la estética dar cuentas de su momento histórico, y lo hacen. Desde hace un tiempo una buena parte del pensamiento intenta sacarse de encima un tiempo pasado que al parecer incomoda, pero en su lugar no propone una idea, deja un vacío, o no tanto. Al menos por ahora, solo podemos reconocer masivamente la existencia de un ego exacerbado, de la exposición de la vanidad, la expresión de una experiencia narcisista documentado en el género más exitoso del mundo contemporáneo el autorretrato, bah!!! la selfie. 

Andrés Collado.

Nota publicada en Mayo 12, 2019, en Revista digital La

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