Las redes sociales en la campaña de Javier Milei

La retórica del rumor, la comunicación política en las redes.

Modelo de análisis.

Es conocido el libro en teoría de la comunicación de Mauro Wolf titulado La investigación de la comunicación de masas, en el cual el autor italiano expone un recorrido amplio de las teorías de comunicación. La primera publicación data de mediados de los años ´80 pero tiene múltiples reediciones y aún hoy en la segunda década del siglo XXI sigue siendo un material de referencia para la enseñanza de los diferentes estudios en comunicación. Antes de continuar, debería aclarar que existen muchas metodologías de análisis del discurso político, más o menos complejas, las cuales tienen mayor profundidad y obviamente una carga argumentativa más densa. La idea de estas líneas no trata de presentar una metodología extensa sino recuperar algunas características de la exposición de Mauro Wolf dentro de un espacio educativo y tener la posibilidad de presentar un método de análisis a partir de algunas herramientas conceptuales simples, utilizado en las clases.

En la exposición sobre los primeros desarrollos teóricos en estudios sobre la comunicación de masas en los Estados Unidos de Norteamérica, Wolf expone el conjunto de teorías contemplando tres aspectos comunicativos, el contexto, la situación y el modelo comunicativo. Cada uno de estos aspectos son determinantes en el desarrollo de las propuestas teóricas debida cuenta a que las posibilidades explicativas están condicionadas por estos elementos. Cabe aclarar que Wolf nunca presenta una definición específica para cada uno, pero es posible desde las lecturas poder llegar a construir estas y así contar con herramientas para un análisis comunicacional.

Para el primer elemento, contexto comunicativo, la expresión es utilizada por Wolf para poder describir los instrumentos tecnológicos que posee y utiliza un conjunto social. Está relacionada fundamentalmente a la de situación comunicativa y no tiene especificidad clara. Sin embargo, con el correr de las lecturas, en las clases aproximamos una definición complementaria y diferente a la de situación comunicativa. Podemos decir que el contexto comunicativo está constituido por el repertorio de medios y los modos de uso de estos por una población dada, la cual incluye el nivel de difusión tecnológica que posee, cómo se encuentra distribuida esta tecnología en las diferentes geografías, etarias, culturales y geográficas. Cabe decir que este punto sobre el desarrollo tecnológico y el uso por parte de las poblaciones en otras corrientes el punto es más importante, como puede ser en algunos trabajos de Raymond Williams (estudios culturales) o del interaccionismo simbólico y la Escuela de Palo Alto (Daniel Bougnaux para fraseando Orquesta de medios o ecosistema comunicativo).

Por situación comunicativa, nuevamente Wolf no la define con exactitud, pero posibilita un contexto de explicación de los efectos de los medios de masas sobre las personas.

La definición de la situación comunicativa resulta ser por tanto una variante importante al focalizar determinados elementos en lugar de otros, en el proceso de comunicación de masas: la indicación inestimable de Hovland no parece sin embargo haber sido considerada debidamente, ni si quiera en sucesivos períodos de la communication research. Lo que la investigación ha ido esclareciendo sucesivamente sobre el problema de los efectos siempre ha sido pensado en términos de adquisiciones globales, recíprocamente incompatibles (si la perspectiva es «apocalíptica los efectos detectados e hipotizados son de un cierto tipo; si se parte en cambio de una actitud «integrada, la perspectiva sobre los efectos se opone a la anterior). (Wolf, Mauro Pp. 66, 1985)

modelos de comunicación.
Izquierda modelos de difusión de masas.
derecha modelo de difusión de dos pasos o mediados por líder de opinión

La noción misma es ambigua, pero más allá de esto es posible acercarse a una definición que la posibilita como herramienta de análisis. Este elemento resulta clave, debida cuenta que es una variable fundamental para comprender las acciones de las personas guiadas por un grupo de noticias de determinadas características. La situación comunicativa es el conjunto de información, datos, noticias, las que generan el momento anímico de un grupo social específico. El ejemplo que toma Mauro Wolf es el conocido caso de la transmisión de la novela La guerra de los mundos por Orson Wells en 1938, que movilizó a toda una población creyendo que era invadida por seres extraterrestres. La explicación de esta psicosis colectiva fue que este grupo poblacional, relativamente aislado, estaba sumamente sensibilizado con las noticias provenientes del conflicto en Europa y la posibilidad de que Japón o Alemania invadiese los EEUU. Esta noticia habría dejado residualmente en las nociones de las personas la posibilidad de una invasión en general, y cuando escucharon el radioteatro, esta idea activó las acciones de esta población.

Finalmente, la definición de Modelo comunicativo es la más reconocida de todas. Un modelo es la representación a escala, o sintética de algún objeto, pero en nuestro caso de un proceso. Es fácilmente reconocido el esquema de Roman Jackobson de la comunicación, Emisor-Mensaje-Receptor, el cual sintetiza de forma muy elemental el proceso de transmisión de una persona a otra. Es sobre las alteraciones de este modelo sencillo que podemos comprender cómo un mensaje llega a varios receptores, y en este caso, es el discurso del ex candidato Javier Milei.

La construcción de Javier Milei como candidato político.

La hipótesis del análisis se sostiene en dos grandes líneas, la primera es la del mensaje de Javier Milei: libertario, con una fuerte crítica sobre el Estado, denunciando a la clase política y su identificación de esta como “casta”, señalando la centralidad del mercado como eje de las relaciones entre personas por medio de las mercancías; circuló por las redes sociales sin una clara identificación del emisor, al menos como candidato político. La otra hipótesis es que este proceso de circulación de su mensaje tiene la misma dinámica del rumor, se asume como cierto y circula por medio de las redes personales.



















Antes de convertirse en una figura pública ganando espacio en los medios televisivos como un especialista en economía de tendencia anarco capitalista, Javier Milei comienza como speaker, conferencista, en congresos y seminarios dirigidos a empresarios y personas del mundo financiero. Lo distintivo del discurso del quien será presidente de Argentina era su histrionismo muchas veces sostenido en la descalificación o la interpelación directa hacia lo que él mismo denomina como zurdos, una amalgama de ideas políticas en las que incluye desde la social democracia, el cristianismo apostólico, hasta el trotskismo, entre muchas otras variantes. Este espacio de conferencias y seminarios sirvió como punto de partida a Javier Milei para comenzar su camino en la conversión desde un crítico de la política a una figura política.

Justamente fueron sus características discursivas, lo que Habermas llama acción dramatúrgica, la puesta en escena de un emisor, lo que va a servir a Javier Milei para ser fácilmente reconocible, o difícilmente olvidable. Hace unos años atrás, entre las redes sociales, con centralidad en Tik Tok, nos podíamos topar con algunos fragmentos donde Javier Milei, vestido de traje se separaba del atril de expositor y caminaba hacia el proscenio con los brazos levantados, los puños cerrados, agitándolos como lo hacen quienes ganan una competencia, en el colofón de sus intervenciones con dos frases que van a convertirse en su marca personal: tiemblen zurdos de mierda, ¡¡¡¡viva la libertad carajo!!!!

El salto entre la particular figura de líder de opinión dentro del espacio de sus conferencias, especialista con conocimientos técnicos, a los medios masivos de comunicación van junto con su principal forma de comunicación en las redes sociales. No resulta innovador reconocer la importancia de las aplicaciones como Tik Tok, Instagram, Facebook, Whatsapp en los tiempos que corren, y de hecho no es Javier Milei el primer candidato que logra coronarse con un ejecutivo nacional, por medio de éstas. Las figuras más conocidas, hay otras con menos referencias, que lo antecedieron: Najib Bukele en El Salvador, tomando como base encendidos mensajes por Twitter, actualmente X. Así también trascendió en formato de escándalo la utilización de parámetros de identificación personal que hizo Cambridge Analítics en la campaña de Donald Trump, para la presidencia de EEUU. Esto ayudó en la creación de mensajes muy específicos a personas seleccionadas cuidadosamente por medio de información brindada por Facebook.

La particularidad del uso de las redes sociales (centrado en Tik Tok) en la campaña de Javier Milei, radica en comprender por parte de su equipo de comunicaciones que lo importante no es el mensaje en un primer momento, sino el volumen de contenido. Es a partir de este último que el mensaje toma una forma reproducible. El otro punto importante de la utilización de estas aplicaciones de micro relatos son los reenvíos, una forma de colonización desde un espacio hacia las aplicaciones de mensajería. El fenómeno logrado alrededor de todo este proceso es el desdibujamiento de Javier Milei como emisor del mensaje, y dejar que sus intervenciones sean reproducidas por un pequeño ejército de “seguidores” nutriendo y ampliando una red de receptores densa y de múltiples niveles. La misma dinámica que tiene el rumor.

La dinámica del rumor.

El rumor es considerado como problema dentro de la psicología experimental en EEUU, desde principios de los años 40.  Gordon Allport, Leo Postman y Mark Knapp, son algunos de los psicólogos que comenzaron sus investigaciones sobre el tema y elaboran una conocida fórmula que indicaría el éxito de la circulación de un rumor, la multiplicación de la importancia por la ambigüedad. Es decir, un rumor tiene mayor posibilidad de circulación, incluso de ser multiplicada, si la importancia aumenta, junto con la ambigüedad. En una economía en crisis como la que transita nuestro país, un planteo como la dolarización posee los dos elementos para hacer circular el mensaje. No se hace necesario aclarar mucho sobre la ambigüedad del proyecto monetario y la importancia dada por el electorado. Conjuntamente la refutación de este mensaje fue sumamente difícil debida cuenta que, en el imaginario de los electores, sobre todo los más jóvenes, asocian la moneda de EEUU con el bienestar.

En la tesis doctoral realizada en la Universidad de el Salvador Michel Ritter presenta en el año 2000 un trabajo extensivo sobre el rumor, y la teoría del caos y la complejidad. Puede encontrárselo con cierta dificultad en la red de redes. En un apartado Ritter señala otro de los aspectos importantes del rumor vinculado a la atracción interpersonal:

Un aspecto fundamental de los canales informales de comunicación es la dimensión de atracción- repulsión de los agentes de la comunicación, es decir, la oposición entre la simpatía y la antipatía. Es evidente el hecho de que, simpaticemos o no con alguien, esto influye sobre la iniciación y la continuación de la comunicación. La psicología social ha concebido tradicionalmente la atracción como un juego mutuo de disposiciones individuales que pueden sufrir la influencia de factores situacionales, tales como la estructura social y la proximidad física. (Ritter, 2000. pp. 45)

Quienes veníamos siendo espectadores de un personaje curioso, podíamos encontrarnos con muchos jóvenes “libertarios” que replicaban sus intervenciones en sus charlas filtrando algunos shorts, cortos, de las intervenciones en los medios de comunicación televisiva. Esta primera red es la que se difunde entre los jóvenes; un mensaje muy sencillo, sin complejidades y que pondrá en el centro de atención a Javier Milei. La idea de que dolarizaría la economía del país, rápidamente cala entre aquellos que pensaban que los pesos que cobraban se transformarían en dólares, a la vez identificando a los opositores de estas ideas como “casta”, un significante que con mucha astucia el mismo Milei le dará varios sentidos dependiendo de las situaciones. Pero más importante que el mensaje es el modelo de comunicación utilizado para viralizarlo por las redes de microrrelatos. El sencillo esquema de tres elementos cambia a una nube de nodos vinculados entre sí, sin tener un centro al cual referirse como origen del mensaje.

De los puntos que trata las teorías del rumor no toman en cuenta un punto fundamental en la estructura comunicativa. El rumor altera significativamente el esquema más elemental de la comunicación, diluyendo el Emisor del mensaje. El rumor resulta difícil de contradecir debida cuenta a que el origen del mismo es anónimo, el emisor se disuelve. En el caso de la estrategia de comunicación por redes en la campaña de Javier Milei, los shorts que aparecían en las distintas aplicaciones tienen como origen un “otro” que reenvía, influencers con un número mas o menos aceptable de followers (seguidores). Incluso estos recortes de las intervenciones de Javier Milei podían adquirir múltiples formas, y diferentes partes de una misma intervención, sea ahora de sus conferencias o de sus participaciones en los medios masivos.

La pandemia, con sus aislamientos obligatorios, alfabetizó a una generación de jóvenes dentro de estas aplicaciones, utilizadas en reemplazo de las reuniones interpersonales. Aceleró un proceso del que se venía tomando nota, pero saliendo de la crisis del COVID nutrió una esfera comunicacional que tenía rasgos de ser emergente y rápidamente domina la mayor parte del espacio simbólico de los jóvenes entre 13 y 30 años. Los influencers logran por medio de las redes sociales, en “los vivos”, una interacción con sus usuarios logrando así construir la dimensión de cercanía; con esto facilitan la reproducción, pero más importante quizás es el desdibujamiento de Javier Milei como posible candidato interesado por la presidencia.

La difícil tarea de deconstruir un discurso opositor.

En noviembre de 2023, las cadenas de televisión nacional transmitieron el último debate entre los candidatos que competirían en el ballotage en las elecciones presidenciales en Argentina, Sergio Masa por el oficialismo y Javier Milei como el candidato outsider de la política. Muchas consultoras midieron las reacciones de los espectadores y la gran mayoría (por si se me escapa alguna) dieron como ganador del debate al candidato oficialista. Las razones presentadas fueron que Masa tenía un conocimiento muy preciso de todos los mecanismos del gobierno para poder defender su propuesta, mientras que el candidato que lo desafiaba acusaba los mismos argumentos que lo hicieron una figura conocida, argumentos ambiguos, explosivos y con muy poco conocimiento de las clavijas del poder político en el ejecutivo nacional. Las elecciones las termina ganando el segundo con un mayor margen del esperado por todos.

La sorpresa abrió un interrogante ¿cómo fue posible que Javier Milei no perdiera apoyo luego de su intervención en el debate? No es unívoca la respuesta, la importancia del debate televisivo en la decisión del voto, la visualización del mismo por cadenas de streamening o canales de youtube que permiten las intervenciones de los usuarios en tiempo real, la dinámica de votación de los indecisos definido horas antes de emitir el sufragio, en conjunto con las elecciones polarizadas donde una buena parte de los electores deciden por “descarte”, el mal menor, donde toma relevancia los niveles de desaprobación de los candidatos, son parte de ese resultado inesperado. Pero dando lugar a las hipótesis planteadas una explicación comunicacional puede decir que los ataques sobre las debilidades de Milei no dieron resultados, porque la figura de este estaba “blindada” por no aparecer como un referente político, ayudado por la lógica de que su mensaje fue distribuido desdibujando su centralidad. En otras palabras, el candidato oficial intentó darle golpes a un opositor que no tenía una forma claramente definida como político, fortaleciendo su referencia de outsider.  

Colofón.

Los resultados electorales, como los resultados de cualquier proceso en el cual existen multiplicidad de instancias no pueden simplificarse exclusivamente en “la inteligencia de utilizar las redes sociales” como principal medio de difusión. Fueron centrales, por supuesto, pero a condición de ser utilizadas de una forma muy específica. En primer lugar, las redes sociales se concentraron en la reproducción amplia de un mensaje, desdibujando el emisor y sus intenciones, y esto fue sostenido con mucha anticipación a las constituciones de incluso las listas mismas. Aprovechando las ventajas de la comunicación del rumor, para decirlo en pocos términos. Incluso las reacciones tardías de los demás candidatos en generar contenidos para las redes sociales fueron visto con mucha ingenuidad, y muy probablemente tuvo un resultado negativo dentro de la comunidad de jóvenes, viéndose como oportunista, y así ahondando en la definición propuesta por Javier Milei de “casta”.

Otro punto la complementariedad entre estos nuevos medios y los medios masivos sobre todo la televisión (y el espectáculo si sumamos el repentino noviazgo; en el último trayecto de la campaña, con la actriz comediante Fátima Flores). Justamente es en los mismos medios de comunicación tradicionales donde el personaje de Javier Milei entra en la arena de la comunicación política, es este espacio simbólico donde construye su imagen para el electorado, y opositor a un “status quo” hábilmente presentado como parasitario, apoyado con un capital simbólico previamente construido en las redes sociales. Con todo este arsenal retórico, realmente la posibilidad de “atacar y desarmar” la eficacia del mensaje propuesto por Milei se hacía muy difícil para sus competidores

Sin lugar a dudas la crisis económica de la cual no puede salir Argentina era un ancla para la construcción del candidato oficialista, que a pesar de todo llegó a competir en la última instancia del proceso electoral. Sin embargo, este elemento tiene sentido pleno en la situación comunicativa en la cual está inmerso el electorado nacional. El conjunto de información que le parece relevante a la población no solo proviene de la crisis propia, sino que además entronca con una crisis más general de todo el sistema económico global, que, si bien no es claramente identificado por los electores nacionales, gotea por informaciones internacionales y es incorporado al volumen de datos como un elemento nuevo y con bajo reconocimiento, pero gravitante. Por esta razón también Javier Milei al ser el candidato outsider, nuevo, proveniente de fuera del sistema político, complementó bien esta parte de poder resolver los problemas económicos, incorporando en la agenda nacional la posibilidad de sumarse a las economías digitales en su programa de reforma económica.

Por otra parte, la pandemia posibilitó al ahora presidente contar con la posibilidad de distribuir el mensaje por medio de las redes sociales, a un público específico, mayoritario y muy reactivo a las medidas de aislamiento obligatorio, los jóvenes, que a su vez movilizaron también el cambio de opinión de muchos de sus padres. Esta anticipación sirvió para poder construir un capital simbólico con un tiempo que los demás equipos de comunicación no pudieron resolver al momento de tenerlos en cuenta. El reconocimiento de este contexto comunicativo con sus lógicas basadas en el rumor, con los influencers como motores de la reproducción de mensajes, le dio una ventaja al libertario que no pudieron revertir sus competidores

El modelo comunicativo de las campañas tradicionales sostenido casi exclusivamente en la imagen del candidato en las distintas formas de la comunicación política habitual, cartelería pública, apariciones televisivas y notas periodísticas, actos públicos en diferentes provincias, se vio perjudicado frente a la innovadora propuesta. El esquema comunicacional propuesto por el equipo de comunicación de Milei para lograr ser el candidato más votado dos veces en todo el proceso, tuvo múltiples formas, tomando como base las redes sociales y complementando a estas con los medios tradicionales, reconociendo así una esfera comunicacional actualizada y aggiornada a los tiempos del siglo XXI.

Finalmente, siempre es oportuno recordar que nuestro contexto de época está marcado por este fenómeno denominado postverdad. Un momento que se describe como la pérdida de importancia de argumentos científicos del campo que sea (de acá el creciente grupo de terraplanistas, por ejemplo) por una construcción propia sobre todos los aspectos que constituyan una vida. Las personas, los electores, están más preocupados por sentir que tienen razón, y no ser contradichos más allá de donde provengan las ideas. Un narcicismo exacerbado obviamente muy bien cultivado en las diferentes aplicaciones de redes sociales. Frente a esta idea donde ganan las emociones privadas de cara a una realidad razonada (que plantea problemas) una buena parte de las personas se referencian con personalidades emotivas, y en ocasiones de formas expresionistas, o grotescas. Y más allá de esta humilde propuesta de análisis, todo esto es señal que estamos cruzando el umbral a un nuevo mundo, que está por hacerse todavía.  

                                                                                                                Andrés Collado, febrero 2024

Bibliografía:

GORDON W. ALLPORT Y LEO POSTMAN (1973) PSICOLOGÍA DEL RUMOR. EDITORIAL PSIQUE-BUENOS AIRES.

HABERMAS, JÜRGEN (1994) HISTORIA Y CRÍTICA DE LA OPINIÓN PÚBLICA, GG MASS MEDIA (EDICIÓN 4) EDITOR: GUSTAVO GILI

RITTER, MIGUEL (2000) RUMOR Y CAOS: UNA NUEVA PERSPECTIVA DE LA TEORÍA DEL RUMOR A LA LUZ DE LA TEORÍA DE LA COMPLEJIDAD Y EL CAOS. TESIS DE DOCTORADO, UNIVERSIDAD DEL SALVADOR. https://archive.org/details/michael_20190522/page/n45/mode/2up

WOLF, M. (1987). LA INVESTIGACION DE LA COMUNICACION DE MASAS; CRITICA Y PERSPECTIVAS (1a. ed.). BARCELONA: PAIDOS.

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